viernes, 25 de abril de 2014

Esparcidores de Malas Noticias.


Después de terminar el entrenamiento de las miles de pequeñas avecillas amarillas, sus tareas comenzaron a llegar al cuarto donde estaban;este estaba en la Torre Aire del Castillo Central. En una de las jaulas había un pequeña abertura de donde salió una guárnica, nadie la vio escabullirse por una ventana entreabierta. Salió como flecha rompiendo el viento sin dirección alguna. Llegó a Néldiback, la ciudad mas cercana al castillo, es solo un minuto. Bajo del aire y se poso en el ultimo piso de una casa con un techo a punto de caerse. Camino con sus patitas hasta encontrar una pequeña agujero, por donde descendió a la casa que tenia un color gris en las paredes y una estructura vieja y a punto de caerse. Camino explorando los cuartos hasta que encontró un pequeño papel blanco con un mensaje escrito a mano.

Pequeños Jiko Y Llumy, me alegra que por fin tengan trabajo
me alegra aun mas que sea en el castillo central, no se enojen por lo que hare, por favor.
Tuve que dejar la casa, quise despedirme de ustedes pero me fue imposible.
No creí poder llegar al castillo, no creo tampoco haber podido llegar con
el amable Sr. Julio para que les mandara este mensaje. Lamento mucho dejarlos solos
pero no fue mi decisión.
Los amo, aun que nunca se los dije y tal ves no me crean. Mis hijos amados
son el recuerdo que me queda de su madre, y son los que llenan mi cabeza con momentos felices.
Si ustedes algún día encuentran este mensaje, solo les pido que sean buenos. Me hubiera gustado mucho conocer a su familia, ver a mis nietos. Me llegaron todos su regalos en el invierno, el gran saco me ayudo mucho a no pasar frio. Su trabajo es demandante lo se, y es por eso que deduzco que esa fue la razón por la cual no me han visitado. No importa, nunca olvide sus rostros aun que el tiempo trataba de sacarlos de mi cabeza, estoy tan orgulloso de ustedes.
 
En su boca sin pico puso esta nota apretando con sus pequeños dientes. La pequeña ave no sabia leer pero  al ver ese papelito con el mensaje y recordad su entrenamiento, supo de inmediato que era una tarea primordial entregar esa despedida. Salió de la casa por donde entro y voló por toda la ciudad tratando de que alguna persona la viera y que pudiera leer el mensaje que traía y así, poder saber donde llevar el mensaje. Al ser muy pequeña nadie le hacia mucho caso, la atención de las personas iba hacia sus trabajos y sus pendientes. Las carrozas salían de las calles hacia la plaza donde la Guernica se encontraba posada arriba de una fuente, casi rendida. Dejo el papelito blanco en la orilla de concreto de esta fuente y se metió a nada un poco junto con otra aves pequeñas.
 
       Una niña paso cerca y sintió curiosidad de ver como interactuaban las aves de diferentes clases. Las veía fijamente sin parpadear. Se sentó puso sus manos contra el concreto donde sintió algo raro, una textura conocida pero que no era la del concreto. Había encontrado el mensaje que la guarnica había dejado por un momento. La pequeña ave pudo ver a la niña leyendo el mensaje y muy rápido salió del agua y bruscamente trataba de quitárselo a la niña.
- Tonta ave, dámelo. No es algo de tu preocupación- Dijo la niña y sacudió al ave la cual choco contra el duro piso. El remordimiento le llego y corrió en auxilio de la guanica.- Perdóname avecilla. ¿Cómo puedo ayudarte?- La niña miro fijamente para ver  si había recibido daños pero no vio nada, solo pudo reconocer su clase.- Eres una Gurnica. Perdona por haberte quitado tiempo.
 
 
      Con la cabeza trataba de decirle a la niña que le dijera a donde debería llevar el mensaje, pero ella no entendía esa expresión. Lo tomo con su boca y lo puso frente a sus ojos tratando de que leyera en vos alta y así, esperaba comprender algunas de las palabras clave que le habían enseñado en su entrenamiento.
 
-No se que es lo que quieres, el mensaje parece ser para alguien del castillo pero...-
 
Pudo reconocer una palabra, castillo. Se fue sin mas y voló muy rápido de vuelta al lugar del que había salido por curiosidad. Esta pequeña ave no había salido de los confines del castillo y eso la animo mas a salir. Voló muy rápido dejando atrás a la niña, a la casa a punto de caer y a la ciudad de Néldiback. Llegó igual de rápido y dejo el mensaje en el buzón de la torre aire, después volvió al a su jaula con todas las demás Guárnicas, había cumplido con la tarea y ahora, esperaba otra.
 
 La persona que llevaba los mensaje era el Sr. Vadco, un hombre muy serio y formal. Había como unos 100 mensajes en el buzón y dio 20 a cada uno de sus ayudantes. Antes el los había dividido en orden de entrega, a que torre iba cada uno. El se quedo con 20 que eran para la torre aire y los trabajadores de la puerta este. Durante la mañana entrego 19, solo le faltaba uno. Lo leyó para ver a quien iba dirigido, un gran pesar llego a su corazón cuando supo para quien era. Jiko y Llumy eran los encargados de abrir y cerrar las puertas de la entrada este, amigos de la Familia Real.
 
- Jiko, Llumy, les llego un mensaje, lo lamento.
 
Ambos lo leyeron y de inmediato sus ojos se cristalizaron. Su padre se había ido y jamás lo volverían a ver. Se supone que la Guárnicas lleven mensajes pero para muchos, no son mas que Esparcidores de Malas Noticias.
 


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